Yurivilca Quispe Patrick Erick La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el mundo del arte, transformando tanto los procesos de creación como la percepción del público. A través de herramientas avanzadas, como generadores de imágenes y composiciones musicales, la IA amplía los límites de la creatividad, permitiendo que artistas y aficionados exploren nuevas formas de expresión. Este fenómeno plantea interrogantes sobre la autoría, la originalidad y el futuro del arte, mientras se consolida como una herramienta clave en la creación contemporánea. Nuevas formas de expresión artística El arte generado por IA está llevando la creatividad a nuevas alturas. Herramientas como DALL·E, Runway y DeepDream permiten que cualquier persona, desde artistas profesionales hasta aficionados, genere imágenes y composiciones sin necesidad de tener habilidades técnicas avanzadas. Según un informe de MIT Technology Review, la IA no solo imita estilos y técnicas existentes, sino que también puede combinar elementos de manera innovadora, creando obras que podrían desafiar las convenciones artísticas tradicionales. La IA como colaboradora del artista Una de las perspectivas más interesantes sobre el arte generado por IA es la idea de que la inteligencia artificial puede ser vista como una herramienta colaborativa para los artistas humanos, no como un reemplazo. La artista Refik Anadol, por ejemplo, utiliza IA para generar sus impresionantes instalaciones de arte digital que exploran el concepto de la "memoria computacional". Según Anadol, la IA "crea nuevas perspectivas, nuevas sensaciones, y permite transformar la percepción que tenemos del arte" (Anadol, 2023). Esto sugiere que, lejos de ser una amenaza para la creatividad humana, la IA está expandiendo los límites de lo que es posible. La irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito artístico no solo redefine el concepto de creatividad, sino que también invita a reflexionar sobre el papel del ser humano en este nuevo ecosistema. Como herramienta, la IA amplía horizontes y fomenta la colaboración entre tecnología y talento humano, impulsando el arte hacia territorios inexplorados. En este panorama, lo que parece claro es que el arte no desaparece, sino que evoluciona, adaptándose a los tiempos y abriendo un diálogo inédito entre innovación y expresión cultural.